Uf, sí, esa sensación no se compara con nada. Una vez aposté en bolivia-bet y tenía una combinada que dependía justo de un partido que parecía perdido. En el 94, el delantero mete el gol y yo no sabía si reír o llorar. Esa mezcla de nervios, emoción y suerte pura es lo que hace que te enganches. Desde entonces siempre dejo un pequeño margen para esos milagros.
Uf, sí, esa sensación no se compara con nada. Una vez aposté en bolivia-bet y tenía una combinada que dependía justo de un partido que parecía perdido. En el 94, el delantero mete el gol y yo no sabía si reír o llorar. Esa mezcla de nervios, emoción y suerte pura es lo que hace que te enganches. Desde entonces siempre dejo un pequeño margen para esos milagros.